El
último lienzo de Nicolás Solana iba a ser una tablet. Pero no llegó a
usarla. Hombre sensible y sencillo deslumbrado por la luz y por el
color, Nicolás Solana, premio Ciudad de Ponferrada en el año 2009 por su
trayectoria como pintor y como maestro de artistas, falleció ayer en el
Hospital del Bierzo a los 81 años de edad.
Su hijo Jorge, que también es pintor, le había traído la tablet hace
sólo dos días para llenarle las horas de convalecencia, y según cuenta
su ex esposa, la poeta y editora Amparo Carballo, se había puesto muy
contento. Debilitado por la quimioterapia, el artista fallecía a las
diez de la mañana de ayer, 19 de marzo, sin tiempo para experimentar con el regalo.
El funeral por el artista tuvo lugar el día 20 de marzo a las 15.30 horas en la
iglesia de San Pedro. La capilla ardiente está instalada en el
tanatorio La Encina.
Nicolás Solana se llamaba en realidad Nicolás Fernández García. Y
aunque había nacido en Mieres en 1931, se sentía «berciano de corazón».
Hijo de un facultativo de minas que llegó a ser concejal en Ponferrada,
Nicolás Solana pintó su primer cuadro al óleo a los diez años. Estudio
Bellas Artes en la Escuela de San Fernando después de trasladarse a
Madrid en 1958. Durante un tiempo, trabajó en el taller de Manaut
Viglietti, que fue alumno de Sorolla, y después regresó a Ponferrada,
donde fue profesor de dibujo en distintos centros de enseñanza. En su
estudio privado también enseñó a pintar a muchos ponferradinos hasta
hace bien poco. Allí les hablaba de pintura, pero también de cine o de
fútbol —era aficionado al Real Madrid— o recitaba versos de Machado.
«Nada me ha cautivado tanto como su preciosa humildad», escribía en el
blog del pintor su alumno Mondo Callejo con motivo del premio Ciudad de
Ponferrada. «Es una referencia humilde, callada y modesta», aseguraba el
entonces alcalde, Carlos López Riesco, para justificar el galardón.
El actual alcalde, Samuel Folgueral, también expresó su pesar y el de
la corporación «por la pérdida de una de las personas que más han hecho
por el arte en nuestra comarca. De su excelencia como artista y su
generosidad como maestro será siempre deudora Ponferrada, que le
guardará siempre un hueco como uno de sus ilustres».
Su muerte también pesó en el ánimo de otros pintores como Gómez
Domingo, que le recordó ayer, y de otros amigos como el director del
Teatro Bergidum, Miguel Ángel Varela. «El maestro Nicolás andará ahora
ampliando la paleta de los colores del cielo reservado a la buena
gente...», escribía en Facebook. Quién sabe si desde una tablet.
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